viernes, 20 de enero de 2012

LAS SOCIEDADES SECRETAS Y LA PERFECCION

A través de la lectura del presente articulo le voy a robar el menos un suspiro...
En una de las últimas noches luego de que me puse a dormir, caí en un profundo sueño  y fui transportado hacia lo que yo llamo "Las sociedades secretas". Pude observar con una sana envidia que en dicho lugar no existe el ego, la tristeza y la corrupción.
Entre sus miembros todo es cooperación, los unos apoyan a los otros. Un nuevo acontecimiento lo celebran de una manera indescriptible, elegante y con una solemnidad envidiable. Entre ellos no existe la tristeza, a la que renunciaron hace ya mucho tiempo. Siempre están alegres y cuando se trata de expresar su alegría que en ellos es común, los niños se vuelven adultos y los adultos regresan a su niñez.
La corrupcion no existe, un pequeño error representa romper la armonía del grupo y motivo suficiente para considerarlo como fuera de la sociedad y constituye el único pretexto para, de allí en adelante, vivir en un ambiente privado de todos los beneficios con que cuenta el grupo y separado de los demás.
Cuando se trata de errores todos, en forma automática, se convierten en jueces, uno mismo es juez de los propios actos y se da cuenta que ha cometido un error y que ha perdido el derecho a ser parte del grupo.
Algo similar a cuando uno desea volver a ingresar a un estadio pero que las puertas todas han sido previamente cerradas.
Utilizan códigos simples como su estilo de vida que se transmiten a una velocidad que no se puede imaginar y en muy poco tiempo todos sus miembros están enterados de lo que sucede. Regresé de ese viaje imaginario porque desperté asustado. Lo único que puedo decir es que viví por unas pocas horas una fantasía como producto de la mente que a veces divaga, viaja, busca formas de entretenimiento, crea, se enferma. es la fuente de la imaginación y que por momentos pierde el sentido.
Dos cosas en las que me puse a meditar luego de aquel sueño imaginario. Los códigos de error que  utiliza Windows a fin de mantener en perfecto estado y movimiento  los ordenadores; y, nuevamente la excelencia en el servicio que son los principios que utilizan las grandes empresas para mantenerse y aumentar su participación en el mercado y las empresas fracasan por sus propios errores.

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