viernes, 9 de noviembre de 2012

PLAN PERFECTO

Cada persona tiene un plan perfecto de acuerdo a su visión de la vida y un propósito individual. En varios de los casos, los planes son programados en los primeros años de existencia. Unos planes mejores que otros pero todos útiles para cada individuo.

Todos los planes tienen ingredientes que los vuelve distintos unos de otros. En algunos casos hay que prepararlos y son los mismos autores quienes los preparan. En otros casos, son los padres los que moldean los planes para sus hijos, los futuros adultos. Los planes de los que hablo, son individuales y se ajustan a la forma de ser individual y en muchos casos a la formación que ha recibido.
Pero hay quienes nacieron ya con planes que les permite sonreír desde muy temprana edad, y otro grupo que vienen al mundo con planes perfectos para el fracaso, para afrontar solamente una serie de limitaciones, para crear obstáculos en todo, planes elaborados para la amargura, la mezquindad, para crear conflictos en todo, el dolor o la enfermedad. En fin todos son planes personales que permite afrontar la vida a su manera. Hay otros planes perfectos que les permite a las personas evadir de todo y no afrontar nada, esto es vivir en la comodidad y sin ningún tipo de cambios, sin retos ni obligaciones. No haga nada y los resultados están ya a la vista.
Un común denominador que posee este tipo de planes perfectos constituye un patrón de comportamiento individual o una idea que sobresale de otras ideas secundarias. En otros términos: un ingrediente principal y otros ingredientes secundarios aprendidos en el pasado. Una idea principal que es difícil de superarla y otras ideas auxiliares que afianzan la idea principal.
En muchos de los casos, se ha visto que son los padres quienes elaboran los planes perfectos para sus hijos; los futuros adultos. Establecen sin saber o conociéndolo, los condicionantes para enfrentar cualquier circunstancia y de los que depende el porvenir, ya sea el fracaso o el éxito. Son ellos, quienes crean los moldes en cuanto al comportamiento, personalidad, la actitud, el carácter de los hijos. Son ellos desde su perspectiva, los que de forma anticipada crean un horizonte ya sea lleno de éxitos o nebuloso para sus hijos.
En la elaboración de los planes como si se tratase de objetos de alfarero, que lo van labrando paso a paso hasta lograr una obra perfecta para un propósito definido. La alegría o la tristeza, miseria o abundancia. Van dándole forma a la obra de sus manos hasta cuando está terminada y lista para ponerlo en práctica.
Hay unos planes que son más fáciles de aplicarlos que otros. Los planes perfectos para el fracaso son muy fáciles de aplicar y los resultados se los obtiene en seguida, es cuestión de decir no puedo hacerlo o no puedo afrontarlo y parece que los resultados están listos para hacerse presentes. En muchos casos, simplemente anticípese a los resultados y estos le darán la respuesta que quiere, esta vez como en otras tantas, fallaré! Entonces fallaré, siempre predispuestos a ello.
Hay otros planes perfectos que existen para el éxito, sólo que, a diferencia de los anteriores, requieren un poco mayor de esfuerzo, decisiones, mirar desde otra perspectiva, una mayor visión, programar a la mente para llegar un poco más allá. Tener una visión distinta. Repetir los intentos una y otra vez, No limitarse solamente con una sola alternativa, sino dos, tres o más. No ver solo desde una perspectiva sino de tres, cuatro o más. Quizá ese ingrediente importante que muchas personas dejamos pasar por alto. No lo escudriñamos siquiera.
Hay planes perfectos para todos los propósitos: Por un lado, los planes perfectos para la tristeza, la soledad, la amargura, la enfermedad incluso para quitar los derechos de las otras personas, para moldear a las personas a su antojo. Por otro lado, hay los planes para llegar al éxito, para sentirse bien, para obtener la alegría y compartirla.
Si hablamos de estos planes perfectos como flujos de energía. Las personas que disponen de los planes perfectos para el fracaso encuentran a su paso a otras personas que también tienen planes perfectos para el fracaso y así la situación se vuelve más compleja.
En los planes perfectos que es el tema del presente artículo, es necesario hacer una lista de sus componentes: El patrón o la idea principal, los componentes, las condiciones, los hábitos, la actitud y los resultados
 los planes están compuestos por estos elementos. Todos los planes se cumplen, no fallan, siempre se obtiene el o los resultados que se busca. Por ejemplo, los planes perfectos para el fracaso nunca fallan y con los cuales siempre se obtienen los mismos resultados: fracaso y más fracaso, es nuevamente cuestión de predisposición. Este tipo de planes está bien para aquellos que nos sentimos cómodos, con un modo de vida ya preestablecida. Afines a la idea nada retos, nada desafíos, nada riesgos; son afines a la duda, a la desconfianza y afines también al pesimismo. Si es así, me permito incluir las siguientes páginas WEB para que se digne hacer clic:
http://crecimiento-personal.innatia.com/c-curso-control-mental/a-autocuracion-control.html
www.leydeatraccionsublimal.com
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